Antes de comenzar a explicar en qué consiste este tipo de estrés laboral, es necesario dejar claridad que este es un tipo de respuesta fisiológica natural del ser humano, la cual actúa como un mecanismo de defensa que prepara nuestro cuerpo para hacer frente a situaciones desconocidas, que representan un nivel de exigencia mayor o que se perciben inicialmente como una amenaza.
Origen del estrés laboral
El problema radica en el momento que esta respuesta natural del organismo es activada en exceso, provocando problemas de salud a mediano o largo plazo, desafortunadamente el ambiente laboral es uno de los más propicios para ello, sin embargo debe entenderse que no todos los trabajadores reaccionan ante el estrés laboral de la misma manera, al igual que sus fuentes generadoras no siempre serán las mismas (a no ser que tengan el mismo jefe gruñón jajaja)*.
El estrés laboral se ha empezado a presentar en las crecientes sociedades industrializadas, donde la continua presión del entorno laboral puede provocar la saturación física o mental en el trabajador, generando consecuencias adversas en su salud y ambiente social, como por ejemplo la interrelación con familiares y amigos.
Este aparece cuando las exigencias del entorno social y laboral superan la capacidad del individuo para enfrentarse a ellas o mantenerlas bajo control, y puede manifestarse de diversas formas. Algunos de sus síntomas más frecuentes van desde la irritabilidad a la depresión, y por lo general están acompañados de agotamiento físico y mental, los cuales se ven reflejados en la baja productividad de las organizaciones, incremento en el ausentismo laboral y una notoria disminución del estilo de vida de cada persona, los cuales en los casos más delicados los trabajadores optan por renunciar a sus cargos, generando a su vez una rotación alta de personal, retroceso en los procesos de selección e internos de la empresa y finalmente reflejándose en pérdidas económicas para la organización.
Diferentes factores son los que lo originan y van desde la planificación inadecuada de las actividades, rotación de compañeros de trabajo, remuneración inadecuada, exceso de responsabilidades, inadecuadas o malas relaciones interpersonales con el resto del personal de la empresa, carga laboral y mental, hasta la generación de daños conductuales, emocionales y fisiológicos como la somatización de situaciones personales que repercuten en el estado de salud.
La Organización Internacional del Trabajo (OIT), cita que el estrés laboral es una “enfermedad peligrosa para las economías industrializadas y en vías de desarrollo; perjudicando la producción, al afectar la salud física y mental de los trabajadores”. En ese orden de ideas es importante conocer que existen dos tipos de estrés laboral los cuales son:
Eustress (positivo): Su función primordial es proteger al organismo y prepararlo frente a posibles amenazas o situaciones que requieren de todas nuestas capacidades físicas y mentales con el fin de realizar satisfactoriamente una determinada tarea. Es un estado en el que el organismo logra enfrentarse a las situaciones difíciles e incluso puede llegar a obtener sensaciones placenteras con ello. En el contexto laboral sería la situación ideal de equilibrio.
Distress (negativo): Se da como resultado de una respuesta excesiva al estrés o prolongada en el tiempo, que puede dar lugar a desequilibrios físicos y mentales, saturando nuestro sistema fisiológico. Además, esta respuesta excesiva, acaba por reducir nuestra capacidad de atención, decisión y acción, perjudicando también nuestras relaciones con los demás, al modificar nuestro estado de ánimo.
El Ministerio de Trabajo de Colombia, realizó una encuesta de Seguridad y Salud donde encontraron que las actividades que más generaban estrés son la atención al público, posturas que producen cansancio o dolor, trabajo monótono y cambios en los requerimientos de la tarea, resaltando que entre las situaciones de mayor incidencia está el trabajo excesivo, falta de tiempo para culminar las tareas, falta de claridad en las funciones del trabajador, falta de capacitación y competencia, motivación por parte de la empresa, incentivación, oportunidad de crecimiento profesional, entre otros. Los resultados reflejaron que el acoso laboral representa un 9.4% entre todos los niveles (5% del jefe inmediato y un 4.4% del compañero de trabajo o subalterno). A luz de estos resultados el Consejo Colombiano de Seguridad, (CCS), se unió a la campaña de la Agencia Europea para la Seguridad y la Salud en el Trabajo ‘Trabajos saludables: gestionemos el estrés’, cuyo objetivo principal es identificar prácticas, iniciativas y nuevos conceptos aplicables en todo tipo de industrias y sectores económicos con el fin de promover la prevención de enfermedades laborales ocasionadas por la “nueva epidemia del siglo XXI” como lo define la Organización Mundial de la Salud (OMS).
A esta altura del artículo ya estarán pensando ¿Cómo lo podemos abordar, contrarrestar o manejar? y para mí es un placer compartirles una de las posibles soluciones, la Universidad de Windsor en Canadá, realizo un estudio con la finalidad de ayudar a reducir los efectos del estrés durante la jornada laboral, llegando a una valiosa conclusión, escuchar música mejora la productividad laboral, ¡sí, escuchar música!, resulta que siete de cada diez personas mejoraron su concentración y estado de ánimo cuando escuchaban música mientras trabajaban.
La Dra. Teresa Lesiuk fue la creadora de dicha investigación la cual fue publicada en la revista Psychology of Music, donde explican que se tomaron en consideración diferentes variantes entre esas la edad, preferencias musicales y estados de ánimo, factores importante para el estudio, también explican que la música ayuda a mejorar la producción de la hormona neurotransmisora dopamina (descurbiera por Arvid Carlsson y Nils-Åke Hillarp en 1952 en el Laboratorio de Farmacología Química del Instituto Nacional del Corazón en Suecia), la cual por su estructura química cumple ciertas funciones en el sistema nervioso central, donde se incluye la generación de un estado de bienestar, relajación y concentración en la mayoría de las personas, influyendo así en nuestra salud física, mental y emocional.
Evidentemente esta solamente es una de las posibles soluciones, siendo siempre la más importante pedir ayuda profesional en caso de que el estrés laboral empiece a afectar todos sus círculos sociales y su estado de salud.
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